lunes, 9 de febrero de 2009

O muy mal periodista o totalmente sin moral

¿De dónde sale la enorme cantidad de dinero que él y la banda que lo postula gastan en desplazamientos, propaganda en televisión y radio, activismo de casa por casa...?
¿Conocía el candidato Funes el siniestro pasado de su compañero de fórmula y el negro historial de los cabecillas de la banda que lo postula? La respuesta va a exponer o su capacidad periodística, la de alguien que ignora lo que sucede en el país, o la repugnante moral que sustenta al aliarse con lo peor. Pero, además, hay otras importantes preguntas que queremos hacer al señor Funes, por ser lo que muchos del medio millón de lectores de EL DIARIO DE HOY y otros centenares de miles de salvadoreños tienen derecho a saber acerca de quienes aspiran a gobernarlos:
La primera, ¿de dónde sale la enorme cantidad de dinero que él y la banda que lo postula gastan en desplazamientos, propaganda en televisión y radio, activismo de casa por casa y, lo que cada vez más está saliendo a la superficie, los recursos para convencer a alcaldes y miembros de otros partidos para que lo respalden? ¿Alcanzará para todo esto el dinero de la deuda política o las limitadas contribuciones de los simpatizantes? Son millones de millones de dólares que nadie en este país tiene y que sólo pueden provenir de un régimen extranjero, Chávez, o de las FARC;
la segunda, ¿cuántos hijos tiene? ¿Más de ocho, como lo afirman muchos que lo conocen? Y de ser así, ¿cómo hace para mantenerlos a todos? Una persona que, de acuerdo con el conocimiento público, ha tenido tarjetas de crédito topadas y mal crédito (denunciado entre otros por PUNTUAL, la empresa propiedad de un "amigo de Funes") cae en una gravísima irresponsabilidad echando al mundo a niños que no puede sostener;
¿cómo es que un régimen rojo va a financiar todos los ofrecimientos que hace, incluida la ayuda a las madres (fortísimos remordimientos de conciencia) y compensar a las familias por las remesas que dejan de recibir? Como lo señaló el candidato Zablah, si las remesas bajan un veinticinco por ciento, el milagroso Funes va a ayudar con un billón de dólares a las familias afectadas. Lo mismo sucede con la promesa de duplicar lo que las familias reciben de los programas sociales del gobierno, en adición a lo que ofrece respecto a la vivienda, la educación, los créditos fáciles y esa lluvia de maná que caería sobre la totalidad de los pobladores. O tienen los rojos una varita mágica, o es pura charlatanería.
Con pensar que llega salen despavoridos
¿Cómo cree Funes que podría mandar con una Asamblea en manos de la facción más radical del partido comunista? Si no ha podido meter siquiera a uno de sus arrimados como diputado, ¿cree que tendrá mano libre para nombrar ministros, jefes de seguridad y hasta su personal de servicio? La generalizada opinión entre la gente pensante del país es que Funes tendría un papel ceremonial (de corta-cintas, anfitrión de embajadores y viajero de gran lujo en el exterior);
Funes promete, como cualquier charlatán promete, que creará miles de nuevos empleos, pese a que en las alcaldías tomadas por los rojos los únicos nuevos empleos fueron para las parentelas de los concejales, los activistas del partido y las pobres personas activas en la economía del vicio. El elemento clave para la creación de empleo, en cualquier sector o país, es la confianza y las reglas claras, lo que precisamente se ha venido abajo ante la sola perspectiva de que El Salvador caiga en el comunismo. Una victoria roja es la manera más eficaz de espantar la inversión.